terius behind me

en algún momento de los últimos meses (igual fue el año pasado 🤔), Netflix puso en su catálogo el kdrama Terius behind me, rebautizado como My secret Terrius (que es el nombre en inglés que le dio la productora 🤷🏻‍♀️). No sé si lo vi antes en la lista de «Coming Soon» o si me salió en una de las tropecientas listas de kdramas que Netflix me recomienda, pero en cuanto leí la sinopsis me llamó la atención. ¿por qué? pues porque me pierden las historias de polis y espías. así es que acabó en mi lista de netflix, pero me puse hace poco con ella por una razón muy tonta: la primera canción de la banda sonora es de Gaho. Desde que se me pegó Start Over de Itaewon Class cual lapa, le sigo la pista a este chaval 🎶 esto de ver un drama porque me guste una canción de la banda sonora no es la primera vez que pasa, algún día hablaré de cómo llegue a Cinderella and Four Knights.

Terius behind me es un drama protagonizado por So Ji-sub (The Master’s Sun, What happened in Bali) y Jung In-Sun (Welcome to Waikiki). Entre los secundarios se encuentran Im Se-mi (When the weather is fine), Son Ho-jun (Go-back couple), Kim Yeo-jin (Welcome) o Kim Sung-joo (The Liar and his Lover). También sale Kang Ki-young, el secundario por excelencia 😂

Como buen drama de cadena pública, consta de 32 episodios de media hora, 16 para Netflix 😅 El drama se emitió en la cadena MBC entre septiembre y noviembre de 2018 y lamentablemente tuvo unos ratings tirando a malos —teniendo en cuenta que es de una cadena pública—, aunque sí que se mantuvieron estables y fueron subiendo ligeramente hacia el final del drama. En general, parece que pasó bastante desapercibido, a pesar de tener a So Ji-sub como reclamo.

¿De qué va? He pasado un par de días intentado escribir la sinopsis y entre que soy malísima resumiendo y que, como buen drama de espías, tiene varias líneas argumentales que se entrelazan, he tenido serios problemas 😂

En sí, todo gira en torno a dos vecinos de un complejo residencial llamado Kingcastle Apartments. Go Ae-rin es ama de casa y madre de mellizos. Dejó su trabajo cuando se quedó embarazada, pero ahora tienen una hipoteca que pagar y dos niños que mantener y se pone a buscar trabajo. Kim Bon es el vecino de enfrente de Go Ae-rin, un señor huraño que no se relaciona con la comunidad y que lo único que podría decirse de él es que, al menos, saluda… a veces 😂 En realidad, Kim Bon es un exagente del NIS. Acusado de un crimen que no cometió, lleva 3 años ocultándose mientras investiga los hechos que llevaron a su actual situación (que ocurrieron durante una misión en Polonia, na más ni na menos).

Las vidas de Go Ae-rin y Kim Bon se cruzan y entremezclan, cuando el marido de ella muere de un ataque al corazón, pero la verdad es que ha sido asesinado por el mismo asesino al que Kim Bon sigue la pista desde hace 3 años. Kim Bon acaba de niñera de los mellizos de Go Ae-rin, mientras ella, sin saberlo, va a trabajar para una empresa que está relacionada con la investigación de Kim Bon. En fin que todo está relacionado y todo se lía un montón según avanza el drama 😅

Este drama puede que sea un thriller de espías con intrigas, misiones secretas, lucha contra la corrupción y todo eso, pero… es, además, su-per-di-ver-ti-do. De haberlo visto en el tren (donde solía verme los dramas antes de la covid-19), el resto de pasajeros me habrían tomado por loca de las carcajadas que me ha sacado My secret Terrius. Lo mejor del drama con diferencia son las ajummas del KIS (Kingcastle Information System), su red de intercambio de información y ¿para qué engañarnos? ¡su eficiencia! Esto es el radio-patio con nuevas tecnologías. El KIS se mueve alrededor de tres secundarios: Kim Sang-ryeol (Kang Ki-young), Shim Eun-ha (Kim Yeo-sin) y Bong Sun-mi (Jung Si-a). Shim Eun-ha es la «jefa» del KIS y la que maneja más contactos. Bong Sun-mi es una pija, que no se calla una y dice todo lo que se le pasa por la cabeza sin tacto alguno. Y Kim Sang-ryeol es la excepción a la regla: un padre que cuida de sus hijos, mientras su mujer trabaja. No sé si ya antes se había mostrado algo así en un drama coreano, pero a mí me ha llamado la atención en este. Tampoco es que reivindiquen nada, pero sí que me pareció un poco un «mirad, los padres que cuidan de sus hijos existen» y, oye, no seré yo quién le ponga peros a eso 😂

Una de mis cosas favoritas en este drama han sido los mellizos y su relación con su madre. Jun-Jun son monísimos y divertidos. La escena en la que su madre, después de tener que comprar 4 tartas por las trastadas de los pequeños, les hace cenar tarta me hizo reír a carcajadas. Lo mismo que la conversación sobre lavarse los dientes por la noche 😂 El drama tiene momentos brillantes con Jun-Jun, de verdad. Luego cuando interactúan con el señor serio que vive enfrente y que ahora les cuida, aka Kim Bon (So Ji-sub), es todo muy tierno y adorable. Eso sí, yo lo de So Ji-sub y su cara sin expresión alguna no sé cómo tomármelo. Toda la comedia en este drama orbita a su alrededor, pero él a su bola.

Los agentes del NIS interpretados por Im Se-mi y Kim Sung-joo no me parecieron muy interesantes, salvo porque, en este drama como también pasa en Vagabond, son todos unos inútiles. Tienen más recursos y son más eficientes las ajummas del KIS (en Vagabond era el stuntman el que les solucionaba los problemas) que los agentes del gobierno 🤷🏻‍♀️ Y el antagonista, Jin Yong-tae (Son Ho Jun), es un personaje raro. Se comporta como un pijo malcriado y es un cobarde de cuidao. Dio para algunas escenas divertidas, pero, en general, me provocaba más cringe que otra cosa. Además, el bromance con Kim Bon no acabó de funcionar, quizá porque lo introdujeron tarde.

Por un lado, tenemos el alivio cómico a cargo del KIS. Por otro lado, tenemos la intriga con los agentes del NIS, los asesinos y Kim Bon; y por otro, está la tensión sexual no resuelta («UST» para los amigos). No, en este drama no hay romance, aunque lo vendan como comedia romántica en algunos sitios. Hay tensión entre Go Ae-rin y Kim Bon, sí, y mucha, pero a partir de la mitad de la serie parece que los guionistas se lo pensaron mejor, recularon y lo que parecía un slow-burning romance se quedó en la friendzone. No es que me molestase, pero sí que se notó el cambio. La intriga la llevaron muy bien de principio a fin, desde mi punto de vista, pero parecía que el tema «romance» no lo tenían muy claro y no sabían qué hacer con aquello.

En cuanto a la música, como comentaba antes, lo que me hizo ponerme con el drama fue Gaho. La parte 1 de la banda sonora se titula Heart is beating (그렇게 가슴은 뛴다), la compusieron los mismos que Start Over y, aunque no es tan pegadiza, sí que se deja poner en loop sin problema 😅 Luego está One Day de Kim Min-seung que lleva dos años en mis playlists de Spotify, pero que no me había fijado de qué drama venía. ¿Por qué está en mis playlists? Porque la canta Kim Min-seung, que es el responsable de una de mis canciones favoritas perteneciente a la OST de Weighlifting Fairy Kim Bok-joo. Y luego para rematar está la canción de Yang Da-il, When Will I See You (언제쯤 보일까) que sin saber que participaba en la banda sonora, lo reconocí en cuanto abrió la boca y la canción sonó en el drama. Yang Da-il tiene una voz y un estilo muy particular que lo hace inconfundible. Le conocí con su primera incursión en las bandas sonoras, la de The Bride of Habaek (algún día hablaré de este despropósito de drama) y, si bien no acaba de gustarme del todo su voz, sus canciones me emocionan y la de My secret Terrius no es menos. Aparte de estas tres canciones, la banda sonora tiene otras tres canciones interpretadas por Suran (que suena muy indie), Eunjung (una balada) y Minos con Savina & Drones (estos últimos también tienen una canción en The Bride of Habaek). Ninguna de ellas me parece destacable.

¿Cuál es mi veredicto final de My Secret Terrius? Pues es un drama que me ha encantado, muy recomendable para pasar un buen rato siguiendo los pasos de Kim Bon y Go Ae-rin mientras desvelan los misterios que han puestos sus vidas patas arriba, y para reírse a carcajadas con la gente del KIS. Este drama está bien hecho y tiene una trama estable y equilibrada, sin mucho relleno. Realmente vale la pena.